Su aspecto físico, su comportamiento y su capacidad innata para sobrevivirte, esas son las características de ese doble tuyo con el que convives para bien y para mal. Conversas, te discutes, entablas animadas conversaciones a las que él poco te responde y sin embargo parece escucharte con especial atención.
Si miras los dos vídeos con atención, si lees el texto de Kafka y finalmente piensas durante unos minutos en tu vida, es posible que descubras ese Odradek que te acompaña con más o menos presencia. Cuando hayas dado con él, lo describes.
Los vídeos un tanto kafkianos que te pueden dar alguna pista. (Ya sabes eso de kafkiano)
Si miras los dos vídeos con atención, si lees el texto de Kafka y finalmente piensas durante unos minutos en tu vida, es posible que descubras ese Odradek que te acompaña con más o menos presencia. Cuando hayas dado con él, lo describes.
Los vídeos un tanto kafkianos que te pueden dar alguna pista. (Ya sabes eso de kafkiano)
Las preocupaciones de un padre de familia
[Cuento: Texto completo]
Franz Kafka
Algunos dicen que la palabra «odradek» precede del esloveno, y sobre esta base tratan de establecer su etimología. Otros, en cambio, creen que es de origen alemán, con alguna influencia del esloveno. Pero la incertidumbre de ambos supuestos despierta la sospecha de que ninguno de los dos sea correcto, sobre todo porque no ayudan a determinar el sentido de esa palabra.
Como es lógico, nadie se preocuparía por semejante investigación si no fuera porque existe realmente un ser llamado Odradek. A primera vista tiene el aspecto de un carrete de hilo en forma de estrella plana. Parece cubierto de hilo, pero más bien se trata de pedazos de hilo, de los tipos y colores más diversos, anudados o apelmazados entre sí. Pero no es únicamente un carrete de hilo, pues de su centro emerge un pequeño palito, al que está fijado otro, en ángulo recto. Con ayuda de este último, por un lado, y con una especie de prolongación que tiene uno de los radios, por el otro, el conjunto puede sostenerse como sobre dos patas.
Uno siente la tentación de creer que esta criatura tuvo, tiempo atrás, una figura más razonable y que ahora está rota. Pero éste no parece ser el caso; al menos, no encuentro ningún indicio de ello; en ninguna parte se ven huellas de añadidos o de puntas de rotura que pudieran darnos una pista en ese sentido; aunque el conjunto es absurdo, parece completo en sí. Y no es posible dar más detalles, porque Odradek es muy movedizo y no se deja atrapar.
Habita alternativamente bajo la techumbre, en escalera, en los pasillos y en el zaguán. A veces no se deja ver durante varios meses, como si se hubiese ido a otras casas, pero siempre vuelve a la nuestra. A veces, cuando uno sale por la puerta y lo descubre arrimado a la baranda, al pie de la escalera, entran ganas de hablar con él. No se le hacen preguntas difíciles, desde luego, porque, como es tan pequeño, uno lo trata como si fuera un niño.
-¿Cómo te llamas? -le pregunto.
-Odradek -me contesta.
-¿Y dónde vives?
-Domicilio indeterminado -dice y se ríe. Es una risa como la que se podría producir si no se tuvieran pulmones. Suena como el crujido de hojas secas, y con ella suele concluir la conversación. A veces ni siquiera contesta y permanece tan callado como la madera de la que parece hecho.
En vano me pregunto qué será de él. ¿Acaso puede morir? Todo lo que muere debe haber tenido alguna razón be ser, alguna clase de actividad que lo ha desgastado. Y éste no es el caso de Odradek. ¿Acaso rodará algún día por la escalera, arrastrando unos hilos ante los pies de mis hijos y de los hijos de mis hijos? No parece que haga mal a nadie; pero casi me resulta dolorosa la idea de que me pueda sobrevivir.
FIN
[Cuento: Texto completo]
Franz Kafka
Algunos dicen que la palabra «odradek» precede del esloveno, y sobre esta base tratan de establecer su etimología. Otros, en cambio, creen que es de origen alemán, con alguna influencia del esloveno. Pero la incertidumbre de ambos supuestos despierta la sospecha de que ninguno de los dos sea correcto, sobre todo porque no ayudan a determinar el sentido de esa palabra.
Como es lógico, nadie se preocuparía por semejante investigación si no fuera porque existe realmente un ser llamado Odradek. A primera vista tiene el aspecto de un carrete de hilo en forma de estrella plana. Parece cubierto de hilo, pero más bien se trata de pedazos de hilo, de los tipos y colores más diversos, anudados o apelmazados entre sí. Pero no es únicamente un carrete de hilo, pues de su centro emerge un pequeño palito, al que está fijado otro, en ángulo recto. Con ayuda de este último, por un lado, y con una especie de prolongación que tiene uno de los radios, por el otro, el conjunto puede sostenerse como sobre dos patas.
Uno siente la tentación de creer que esta criatura tuvo, tiempo atrás, una figura más razonable y que ahora está rota. Pero éste no parece ser el caso; al menos, no encuentro ningún indicio de ello; en ninguna parte se ven huellas de añadidos o de puntas de rotura que pudieran darnos una pista en ese sentido; aunque el conjunto es absurdo, parece completo en sí. Y no es posible dar más detalles, porque Odradek es muy movedizo y no se deja atrapar.
Habita alternativamente bajo la techumbre, en escalera, en los pasillos y en el zaguán. A veces no se deja ver durante varios meses, como si se hubiese ido a otras casas, pero siempre vuelve a la nuestra. A veces, cuando uno sale por la puerta y lo descubre arrimado a la baranda, al pie de la escalera, entran ganas de hablar con él. No se le hacen preguntas difíciles, desde luego, porque, como es tan pequeño, uno lo trata como si fuera un niño.
-¿Cómo te llamas? -le pregunto.
-Odradek -me contesta.
-¿Y dónde vives?
-Domicilio indeterminado -dice y se ríe. Es una risa como la que se podría producir si no se tuvieran pulmones. Suena como el crujido de hojas secas, y con ella suele concluir la conversación. A veces ni siquiera contesta y permanece tan callado como la madera de la que parece hecho.
En vano me pregunto qué será de él. ¿Acaso puede morir? Todo lo que muere debe haber tenido alguna razón be ser, alguna clase de actividad que lo ha desgastado. Y éste no es el caso de Odradek. ¿Acaso rodará algún día por la escalera, arrastrando unos hilos ante los pies de mis hijos y de los hijos de mis hijos? No parece que haga mal a nadie; pero casi me resulta dolorosa la idea de que me pueda sobrevivir.
FIN
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Está encerrado en una cajita muy pequeña, no tiene sitio para moverse, por eso se dedica todo el tiempo a pensar y a veces desaparece de la caja y llega a ser libre, me llama y me quiere arrastrar pero vuela tan alto que no lo puedo seguir. Como me ama siempre vuelve a la caja, y yo le prometo que la siguiente vez, saltaré más alto y venceré la gravedad.
ResponderEliminarMuy interesante este artículo. Enhorabuena. Los videos muy originales. Saludos.
ResponderEliminarJúlia Alonso
ResponderEliminarLas pupilas le pesan, las fuerzas le escasean. Se alimenta de mis sueños, mis ronquidos son su música más placentera.
En los días en los que mi cuerpo no puede relajarse, después de varias vueltas en esa cama cada vez más incomoda, y mi cerebro no consigue desconectar aparece JuOdradek, pequeño, sin forma definida, de polvo, sin boca, de ojos cerrados. Su presencia me exige explicarle que me pasa, le cuento mis problemas, no obtengo respuesta, ni siquiera cambia la expresión de su cara. Pero mis inquietudes que no me dejan descansar van desapareciendo poco a poco, lentamente… Duermo.
Al despertar quiero darle las gracias pro haber-me escuchado, ayudado. Miro debajo la almohada, ya no está.
Quizá solo exista en mis más profundos sueños, quizá su cuerpo sólo se ve con la oscuridad…
Mi Odradek y yo.
ResponderEliminarSomos dos almas gemelas, separadas sin duda,
pedimos a gritos unirnos y volver a ser una.
Los dos sentimos algo, una fuerte amistad nos une.
Conociéndolo a él me retrato yo, puedo ser su espejo y él puede ser el mío.
Él está a mi lado y yo no lo he buscado, es siempre mi sombra.
Tiene mi corazón y sus instrucciones, me da consejos…
Sabe cuando estoy triste, sabe cuando miento; manda en mi conciencia.
Somos dos imanes con igual polaridad por eso chocamos al juntarnos, es necesidad la debilidad del uno por el otro, yo le necesito, él me acompaña.
Son dos almas más que cercanas, somos como dos almas gemelas.
Estamos muy unidos, pasara años a mi lado, a veces nos peleamos sobre un tema, los dos juntos tenemos la razón.
Mi Odradek y yo nos llevamos bien, somos compatibles; yo no sería yo sin él, él no sería yo sin mi.
Mi odradek hace todo lo que pienso es por eso que no está atado más que a mí: pero no tiene otro tipo de reglas. No lo gobierna la gravedad, por ejemplo. Por eso se desliza en el aire, de un lado al otro, y en el agua, siguiendo solo el hilo dorado de un pensamiento...Tampoco tiene horarios y nos encontramos cuando no puedo dormir y ya me está mirando para que nos levantemos y hagamos algo: leer, crear, pensar. Siempre me hace compañía.
ResponderEliminarElektrikal Storm
Josefina se confiesa:
ResponderEliminarTengo que revelarlo...Mi odradek...no existe...porque odradek....soy yo.
El sonido de lluvia era una sucesión de notas en el pentágrama de una tarde vencida.
ResponderEliminarLa oscuridad tapaba los semáforos, los rostros de la gente.
Las sonrisas escaseaban, y las pisadas marcaban la tierra, dibujando un mosaico de historias.
Allí estaba yo, mirando a través del cristal.
En algún punto de mi memoria algo empezaba a formarse, una imagen quizás, una premonición.
Se agolpaba en mi pecho como una enredadera, una opresiva sensación.
Intente agarrarlos, pero de los bolsillos rotos se escaparon un puñado de sueños, de imágenes de aquella tarde, de rostros de ti.
Derramándose por el suelo, fueron reptando hasta los rincones mas oscuros.
Y allí lo vi por primera vez.
Apoyado en el pomo de la puerta, alimentándose de mi.
Mis sueños hilaban fino sus extremidades superiores, y sus ojos no tenían fondo.
En su cuerpo tejidas todas mis huellas.
Su ombligo que era el centro, estaba hecho de ti.
Me faltaba el aire, y mi mano desembocó en aquel lado perdido del corazón.
Respiré aliviado, el sístole y el diástole, todavía tenían dueño.
La criatura me miró, sus ojos traspasaron mis entrañas.
Un monstruo hecho de mí, una criatura forjada con los retales de mi vida.
Y yo siempre caminando con los bolsillos rotos.
Intenté acercarme, pero desapareció.
Escuche su risa forzada, y sentí su presencia en el reverso de mi alma.
Le pregunté su nombre.
"Odradek" contestó.
Su respuesta fue una certeza, una herida eterna, un verso sin final.
Aquella criatura me sobreviviría, llevándose como parte de su piel mis sueños,mis recuerdos, mis imágenes de ti....para siempre jamás.
Mi Odradek es el que guia mis pasos, es mi sexto sentido, actúa siempre cuando tengo que parar los pies, cuando yo no estoy en lo correcto, siempre hace que me de cuenta a tiempo para no cometer errores, es como una luz que se enciende y me permite ser mejor persona, siempre me hace valorar lo que tengo. Ahora entiendo muchas cosas, he descubierto gracias a ti Javier, que es el ODRADEK! es mi propia consciencia que me indica el bien y el mal, cuándo y dónde debo estar en cada momento, saber entregar a mis semejantes lo mejor de mi y disfrutar de lo que la vida me va regalando paso a paso.
ResponderEliminarAlejandra
Mi Odradek son mis miedos...
ResponderEliminarMI ODRADEK PARTICULAR.....
ResponderEliminarSólo aparece un instante y luego queda en el recuerdo...
Se parece a la vida. Y tiene esa mezcla de olores a flores secas .,un olor muy fuerte...
Qué .....no se dan cuenta de su existencia?....
Eso sí que es bueno, porque ayuda a olvidar y nosotros tan sólo somos eso: olvido, somos nada.
Odio este tiempo. Me recuerda cuando estaba conmigo,mi Odradek. Además, porque desde su sepulcro negro, veo esa chispa de vida que se hace menos.cada vez...
Veo cómo la flama de la vida de estas personas que visitan el viejo cementerio se va extinguiendo de a poco.
Entonces mueren sin remedio como murio mi Odradek un día, de a poco.
No soporto su presencia. Aborrezco lo que dicen. Sus plegarias suaves son estruendos ensordecedores; mis oídos no los toleran. Sus caras son vacías. Pero la forma de elevar al cielo súplicas de perdón y arrepentimiento, mientras ven el retrato engañoso de lo que fue un día, habla de sus sombrías almas que ocultan bajo la palidez fantasmal de sus caras.
Pensé que podía haber algo de vida en sus espíritus corroídos. Me equivoqué al pensar si quiera por un instante efímero que podían sonreír o degustar una sonrisa. Olvidé que sus sentidos eran incapaces de percibir; no podían disfrutar del alimento del alma por el trago amargo de la muerte que se pasaba con dificultad por sus gargantas secas. Por eso están más muertos que mi Odradek..
Ethelaq
Me ha abandonado.
ResponderEliminarMi Odradek me sobrevive...yo he sido aniquilada...
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