Cuando escribes las palabras te vienen a ver y es entonces cuando en ese encuentro puede conseguir uno romper con el vacío o quedarse en él. Jaime Siles lo expresa(entrevista y recitación) con intensidad. Las palabras en persona (personificadas) le rondan a uno. ¿Qué hará uno con ellas en ese cara a cara de la verdad?
Lee y disfruta:
Hoy todas las palabras me vinieron a ver.
Iban todas vestidas y yo las desnudé.
Tenían agua dentro y yo se la quité.
Bebí toda su agua y me quedó su sed.
No me quedó su habla: me quedó su mudez.
Hoy todas las palabras me vinieron a ver.
Todas iban vestidas y yo las desnudé.
Ni debajo ni dentro había ningún ser
sino un lento perfume de luz sobre su piel:
un líquido contacto de tinta y de papel.
Nada más. Eso es todo lo que recuerdo ver.
Recuerdo las palabras: eran una mujer,
una luz, un perfume, una tinta, una piel.
Oigo pasos que vuelven y vuelven a volver.
No existen: vuelven sólo e insisten otra vez.
Las palabras son pasos dados sobre el papel
hacia nosotros mismos pero con otra piel.
Ellas y nosotros formamos un vaivén
en el tiempo que dura nuestro yo en otro quien.
En las palabras vive lo que vivió una vez
aunque nunca lo mismo tenga segunda vez.
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Tempore rem atque. Enim repudiandae. Quia ut eaque.
Hace 3 meses
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