Por ejemplo es un texto como este de Mario Benedetti en el que reina la soledad. Pero te lo traigo aquí porque quiero que te fijes en la forma en que se lleva a cabo la descripción de los personajes. Las ideas se repiten y repiten. No así las palabras, pero sí las ideas y los rasgos que caracterizan a los personajes. La redundancia o repetición es un recurso que aparece con intensidad en poesía pero, también, como en este caso, puede aparecer el prosa, en una simple e intensa descripción.
"Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia".
(...) "Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera".
(...) "Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía, pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola, todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos —de la mano o del brazo— tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas".
Propuesta
Escoge un personaje y descríbelo con detalle y redundancia, ya sabes, fijándote en algún rasgo especialmente característico suyo, tanto físico como moral, a machacar en el mismo clavo una y otra vez. Pero con arte, claro. Ahí está la gracia.
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