En el comienzo de "Las Olas" Virginia Woolf nos presenta a sus personajes ante un paiseje de los que llamamos idílicos:
La luz incidió en los árboles del jardín, y dio transparencia a una hoja. Y luego a otra. Un pájaro gorjeó alto. Hubo una pausa. Otro pájaro gorjeó más bajo. El sol dio relieve a los muros de la casa, y se posó como la punta de un abanico cerrado en una blanca persiana, dejando una azul huella digital de sombró bajo la hoja junto a la ventana del dormitorio. La persiana se movió lentamente,Toda esta explosión de percepciones ha sido provocada por este amanecer y por la actitud receptiva y expresiva a la vez de los personajes que en ese jardín se encuetran.
pero dentro todo era penumbra sin sustancia. Fuera, cantaban los pájaros su melodía vacía.
«Veo un aro que pende sobre mí», dijo Bernard. «El aro vibra y pende de un lazo de luz.»
«Veo una tajada de pálido amarillo», dijo Susan, «que crece y se aleja al encuentro de la raya de púrpura.»
«Oigo el sonido», dijo Rhoda, «de canto barato en gorjeo, canto barato, que se eleva y baja.»
«Veo un globo», dijo Neville, «que cuelga en el aire, en vertical caída, contra las inmensas laderas de una colina que no sé.»
«Veo una borla carmesí», dijo Jinny, «entreverada de hebras de oro.»
«Oigo un patear», dijo Louis. «Hay un gran animal con una pata encadenada. Patea, patea, patea.»
«Mira la telaraña, en el ángulo del balcón », dijo Bernard. «Tiene cuentas de agua, gotas blancas de luz.»
«Las hojas se amontonan alrededor de la ventana, como orejas puntiagudas», dijo Susan.
«Una sombra se proyecta en el sendero», dijo Louis, «como un codo en flexión.»
«Islas de luz flotan sobre el césped', dijo Rhoda.
«Caen a través de los árboles.» «Los ojos de los pájaros destellan en los túneles formados por las hojas», dijo Neville. «Vello corto y duro cubre los tallos», dijo Jinny, «y en ellos se han pegado gotas de agua.»
«Una oruga está enroscada formando un aro verde», dijo Susan, «y sus pies parecen unas muescas redondeadas.»
«El caracol de cáscara gris cruzaarrastrándose el sendero, y deja las briznas aplastadas detrás», dijo Rhoda.
«Y ardientes destellos nacidos en los cristales de las ventanas rebrillan y se apagan en el césped», dijo Louis.
«Las piedras son frías, bajo mis pies», dijo Neville. «Las siento una a una, redondas o puntiagudas.»
«Me arde el dorso de las manos», dijo Jinny, «pero el rocío me ha puesto las palmas pegajosas y húmedas.»
«Ahora el gallo canta como un chorro de agua dura y roja en la blanca marea», dijo Bernard.
«Los pájaros cantan alto y bajo, callan y cantan, a nuestro alrededor», dijo Susan.
«El animal patea; patea el elefante con la pata encadenada; el gran bruto en la playa patea», dijo Louis.
«Mira la casa», dijo Jinny, «con las persianas blancas en todas las ventanas.»
«Agua fría comienza a manar del grifo del fregadero», dijo Rhoda, «sobre el cuenco con pescadilla.»
«Rajas de oro rajan los muros», dijo Bernard, «y hay sombras de hojas, azules y en forma de dedos, bajo las ventanas.»
Como las percepciones nos llegan a través de los sentidos va a ser fácil que adoptemos esa postura receptiva ante el paisaje de la imagen y que nos desdoblemos en diferentes personajes que lo van percibiendo y expresando sus impresiones. Con los cinco sentidos mejor que con uno solo. Ponemos a prueba nuestros receptores sensoriales: vista oído, gusto, tacto, olfato.
Si optas por un artículo en tu blog escoge el paisaje a tu gusto. Y si esta imagen no te inspira puedes hacer una descripción de otro lugar y evocarlo con los cinco sentidos, igualmente. Te aporto el ejemplo de Virginia Woolf. Lo demás, eres tú.
